viernes, 25 de noviembre de 2011

23.082.011

Cabinas y autobuses rojos.
El encanto de cada una de sus calles.
Subes al metro, y todas las paradas te pueden llevar a un sin fin de recovecos.
Encontrar un mercado en Chelsea...
Recorrer todos sus museos...
Perderse en Covent Garden...
Volver al Madame Tussauds...
Comer en Chinatown...
Pasear por Hyde Park...
Quedar con Eros en Picadilly...
Carnaby street en Soho...
Llegar hasta Westminster y mirar la hora en el Big Ben
Shakespeare's Globe...London Eye...Kensigton's gardens...Royal Albert Hall
Mi Camden Town...
Y a pesar de todo lo que me puede ofrecer esta maravillosa ciudad; me quedo en la parada de Farringdon.
Saliendo del metro gira a la izquierda y vuelve a girar a la misma dirección, te encontrarás una calle estrecha, guíate por el supermercado que encontraras, es un 24h, se llama Costcutter, es un poco caro. Ahora, tuerce a la derecha, sigue esa pequeña calle, a la derecha, hay un pequeño parque, algo sucio. Gira sobre ese parque hacia la derecha de nuevo y la siguiente calle a la izquierda estarás en Briset Street. Es complicada de encontrar. Pero ahí, hay una pequeña residencia llamada Liberty Court, y en la habitación 610 es donde ocurrió todo lo que significo Londres para mi.


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