viernes, 25 de noviembre de 2011

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La puerta... "¿podría ser él?" No había nadie. Se había ido...
Que sola se quedo la habitación... Subí a la 610 dos o tres veces en la siguiente semana. Echaba de menos dormir en tu cama. Echaba de menos la forma que tenias de acariciarme. Llene tantas veces mis sábanas de lágrimas. No entendía el porqué. Yo no buscaba encontrar nada, pero tampoco quería quedarme así.
Tenia grabado tu olor, seguía bebiendo de la botella que te dejaste en mi cuarto, me había quedado con tu camiseta morada...
Recordé el último abrazo que te había dado, y me sentí tan vacía después de que te fueras...
No podía acabar. Me dio un vuelco el corazón cuando sonó, el tono de mensaje de mi móvil. Tú.
Después de dejar desierto Londres, volviste, a pesar de lo lejos que estábamos.
¿Dejarte ir? Nunca dejé que te fueras.

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