Da igual cuantos días habían pasado desde que me imagine ese momento. Nunca lo hubiera previsto así.
Y quizá el primer beso, no surgió de la mejor forma, pero no me importó.
Sentí como sus labios se estrechaban con los míos, formábamos un mismo aliento, nuestras narices chocaban la una con la otra, en algún momento sentí sus pestañas en mi mejilla, el sonido de su respiración parecía concordar con la mía, no quería abrir los ojos, porqué no quería despertar si era un sueño... y cuando nos separamos por primera vez, las miradas se mantuvieron fijas durante unos segundos, unos segundos eternos... parecía como si tuviéramos la necesidad de volver a besarnos. Entonces fue él quién puso, ésta vez, de su parte, y se acercó a mi, a la comisura de mis labios, y me dio un tibio, suave y corto beso.
Me miró de tal forma, que solo podía pensar, en cuanto tiempo podría mantenerlo conmigo; porqué nunca me habían dado un beso de aquella forma.
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