sábado, 3 de diciembre de 2011

Te quiero

Quiero que sepas la importancia, que supone esto, para mí. Era madrugada del día dos noviembre, llevaba 5 noches durmiendo junto a ti. No se cuanto frío hacia, estábamos los dos tan unidos, piel con piel, que habíamos creado nuestro propio clima. En ese cuarto, no me importaba nada de lo que estuviera pasando en el resto del mundo. Los dos juntos en la última noche de mi visita a Mannheim.. y quería que no terminara nunca.
Tocar tu nariz con la mía, apretarnos en un abrazo, estrechar tu mejilla contra la mía, sentir el calor de tus manos sobre mi espalda, enredar las piernas, calentarnos los pies, escuchar la música de tu barriga... me encanta oírte respirar... Besarnos...
Cada poro de mí piel sufría escalofríos; en algún momento toda yo, quería gritarte, quería contarte, quería explicarte... Pero era tan grande, tan complicado, que no sé si entenderías, que a pesar de ser tan temprano, tenía la necesidad de decírtelo.
Puestos a ser sinceros, tengo que confesar que antes de decirlo me invadió el miedo. Incluso, notaste, que había algo que me estaba guardando. Y cuándo tenía claro que estaba pensando demasiado, decidí soltar lo que, cada parte de mí, te estaba chillando. 
Me volví tímida... no sabía como hacerlo, y solo quería que quedará guardado. 
Te dí la vuelta, y te acaricié, advirtiéndote al oído, que de un momento a otro, te daría un mensaje. 
Mis manos palparon tu espalda: del cuello, hasta su fin; la arrulle hasta la saciedad... y deslicé mis dedos sobre ella, empezando a escribir... ¿recuerdas lo que escribí? Estaba temblando...recuerdo todavía el tacto de tu piel.  Lo hice despacio, no quería que te perdieras ninguna de las letras..
Me gusto decírtelo y me encanto todo lo que me dijiste después... esa noche fue muy importante. Tenía que hacerlo antes de irme. Porque solo quería que supieras, pues eso, que te quiero.


No hay comentarios:

Publicar un comentario